Problemas ambientales en América Latina
En todos los países de América Latina se ha expandido el marco legal que otorga protección a los recursos naturales y asegura la calidad de vida. Sin embargo la aplicación de esas normas todavía es débil, y comparativamente la situación ha empeorado recientemente debido a las presiones de la crisis económica. De esta manera, los países cuentan con importante normas para manejar sus recursos forestales, proteger la fauna y flora, impedir la contaminación de aire, suelo y aguas, y promover una producción sostenible. Pero se suman evidencias sobre una débil aplicación de esas normas, crecientes niveles de incumplimiento, dificultades en identificar a los infractores y cuando éstos son identificados, hay problemas en sancionarlos. Se genera así una brecha entre los avances en la normativa ambiental y su aplicación. La crisis que enfrentan varios países se ha convertido en una excusa explícita o implícita para tolerar algunos incumplimientos o incluso reducir la profundidad en las normas ambientales. Esta tendencia se convierte en uno de los más serios problemas de gestión ambiental que debe remontar la región.
La industrialización, el crecimiento de la población urbana, el cambio climático, la utilización cada vez mayor de productos químicos y la degradación del medio ambiente exponen a los niños a riesgos que hace unas pocas generaciones ni siquiera se podían imaginar. Sin embargo, las amenazas más mortíferas siguen siendo viejos factores básicos bien conocidos: el agua insalubre, la falta de saneamiento, el paludismo y la contaminación del aire en locales cerrados. Los expertos internacionales advierten que la contaminación del aire, que podría ser letal, se agravó notablemente en las grandes ciudades de América Latina en las últimas décadas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que unos dos millones de personas mueren prematuramente cada año por culpa de la contaminación del aire y que por esa causa muchas más personas sufren trastornos de la respiración, cardiopatías, infecciones pulmonares e incluso cáncer. Con este material audio visual queremos mostrar que nuestras malas acciones intencionales o no, pueden generar consecuencias irreversible en la naturaleza y por consiguiente a la humanidad
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), a través de la División de Medio Ambiente y Asentamientos Humanos, puso en marcha en 1999 con el apoyo del Gobierno de Japón, un proyecto de fortalecimiento de la conciencia de la ciudadanía como factor determinante en la gestión de la contaminación del aire.
El proyecto surge dada la importancia del tema medioambiental en la redefinición del rol del Estado mediante la creación de un nuevo concepto de ciudadanía medio ambiental que ayude a entender los factores que mejoran la eficiencia de la política pública.
El proyecto busca identificar los elementos específicos vinculados con la conciencia y la participación ciudadana que permitirán mejorar la eficiencia de las políticas de gestión de la contaminación atmosférica implementadas por las autoridades metropolitanas.
Las variables de análisis del proyecto han sido:
I. Los comportamientos individuales y colectivos. Identificar por un lado los niveles de conciencia ciudadana alcanzados así como el grado de compromiso y, el tipo de actitud del actor frente a la gestión de la calidad del aire y por otro lado, reconocer los grados de movilización ciudadana y sus tendencias futuras frente al tema de la contaminación atmosférica.
II. Estrategias de comunicación social. Analizar los canales de comunicación entre los actores del Estado y la sociedad civil identificando los instrumentos que faciliten un mejor encuentro de los mismos para su mayor involucramiento en la solución compartida del problema.
III. Procesos de participación ciudadana. Identificar los espacios y los ámbitos de participación así como los mecanismos espontáneos e institucionales que la promueven en las etapas de identificación, consulta, resolución y monitoreo de los procesos de descontaminación atmosférica activados por las autoridades competentes.
El proyecto se ha desarrollado en tres ciudades, Ciudad de México, Santiago de Chile y São Paulo (Brasil). Los resultados obtenidos por el proyecto servirán como insumos para otras ciudades que, aunque de tamaño más reducido, enfrentan problemas de contaminación cada vez más graves.
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El proyecto consta de seis etapas:
1. La elaboración de un documento marco para cada ciudad que presenta el estado de situación sobre la contaminación atmosférica y sobre los niveles de conciencia ciudadana.
2. La elaboración de instrumentos metodológicos para la recolección de información y la realización de entrevistas con actores-claves.
3. La realización de talleres locales para compartir y validar los resultados obtenidos.
4. El análisis y sistematización de la información recogida a través de la elaboración de un documento consolidado para cada ciudad que reúna la sistematización de las entrevistas con actores-claves y los resultados del taller de validación.
5. El análisis comparativo de las experiencias aprendidas en las tres ciudades.
6. La difusión y discusión de los resultados del proyecto.